El partido que no fue

¿Quién no soñó hace algunos meses, y mucho más luego de los últimos partidos de ambos equipos, con ver una semifinal entre el Barcelona modelo ´08/´09 y el Chelsea renovado por Guus Hiddink? Aquel que lo hizo, diríamos hace algunos días, tiene que estar agradecido porque la promesa de buen fútbol estaba garantizada. Su sueño se había hecho realidad, dos de los grandes equipos de Europa se iban a cruzar en esa instancia crucial.

Hoy, con el partido de ida finalizado 0 a 0, muchos le van a reprochar a aquellos soñadores por el encuentro que tanto esperaban. Aquel amante del buen fútbol, ese que gusta de ver equipos con jugadores de buen pie que atacan y hacen goles, se llevó una gran desilusión: el duelo que tanto ha esperado no fue como lo había soñado. Un Chelsea sin ataque pero con mucha defensa fue al Camp Nou sin buscar la victoria. Su objetivo, cumplido al final del encuentro, era que el Barcelona no convierta goles, hecho que había sucedido sólo dos veces en la temporada (por Liga y por Copa del Rey).

Mientras el equipo inglés mantuvo su estrategia hasta el minuto 90, los hinchas, fanáticos, televidentes y veedores ocasionales de fútbol vieron un partido triste y aburrido. Fue una lástima haber visto a jugadores de la talla de Lampard, Ballack y Drogba contenidos en su mitad de cancha, rompiendo el juego rival y sin generar situaciones de ataque. Por su parte, el conjunto catalán, fiel a su estilo, salió decido a hacer lo que mejor hace: jugar a la pelota, atacar y hacer goles, situación a la que no pudo llegar por la gran voluntad del ejército inglés en romper su juego.

¿Es acaso el Chelsea tan inferior al Barcelona como para tener que defenderse un partido entero sin generar ni una oportunidad de gol a favor? ¿Tan superior es el equipo catalán al resto de los conjuntos de Europa y el mundo? Si el Chelsea no le hizo frente, ¿quién lo hará? Los interrogantes pueden seguir, pero lo cierto es que por culpa de un equipo mezquino, como lo fue hoy el inglés, no se pudo disfrutar de un partido que permitía soñar con goles y, sobre todo, buen fútbol. Esperemos que en el partido de vuelta puedan satisfacer nuestras ganas y demuestren por qué llegaron más lejos que tantos otros equipos.